(elcomunista.net) - Como el lobo con los corderos, el BCE, FMI fieles gestores de una minoría de grandes capitalistas internacionales, se introducen en los estados como agente de cobro, transformando la especulación privada en deuda pública, con la necesaria connivencia de los gobiernos.
Se inicia entonces, una agonía, sacrificando a los ciudadanos y la propia riqueza del país, que el gobierno se ha encargado previamente de comprometer como aval. El saqueo se hace inevitable.
Actualmente, el capital que se mueve en el mercado de préstamos a nivel mundial supera los 1.000 millardos de dólares, mientras que la producción anual del planeta es sólo de 57.
La deuda mundial alcanzó en 2019 los 255 billones de dólares y en 2020 ha superado el 322 % del producto interior bruto (PIB) anual del planeta, lo que supone 40 puntos porcentuales (87 billones de dólares) más que la acumulada al inicio de la anterior crisis económica, en 2008.
Esta colosal burbuja diferencial, explica la causa del endeudamiento del mundo, porque no se basa en un déficit real sino en la necesidad que tienen los 1,600 inversores (los famosos mercados) de explotar el capital en burbujas especulativas infladas exponencialmente.
El 50% del dinero que se mueve en el mundo lo hace a través de compañías creadas off-shore en paraísos fiscales para evadir impuestos y mantener el anonimato de sus propietarios.
El blanqueo de dinero de procedencia ilícita ya asciende a 1,37 billones de euros, –equivalente al PIB de España–y el 2,7% de la riqueza mundial.
El 10% del PIB mundial se encuentra depositado en activos financieros transfronterizos, mientras que las fortunas privadas escondidas en paraísos fiscales suman la friolera de 6 billones de euros.
“La corrupción y evasión fiscal son desenfrenados. Muchos bancos están compinchados. A todos nos están robando, especialmente a los más pobres”, dijo Dalia Grybauskaité, copresidente del grupo FACTI.
“Nuestra debilidad se ha visto aún más expuesta por la Covid-19”, admitió Ibrahim Mayaki, ejecutivo del grupo y ex primer ministro de Níger.
Alex Cobham, consejero delegado de la plataforma Tax Justice Network, tras la presentación de un estudio, se mostró muy crítico: “No es que nuestro sistema fiscal global esté roto, es que está programado para fallar.
Y la pandemia ha puesto de manifiesto lo grave que es el coste de este fracaso”
El agosto de esta minoría financiera crece cada día por el negocio en torno a la deuda de los Estados, al tiempo que las otrora quebradas bancas de inversión y los fondos de especulación vuelven al centro de la escena como si nada hubiera sucedido.
Resultado de ello, es que a costa de las millonarias ayudas estatales, han logrado salirse con la suya y trasladar lo que era una crisis privada al sector público.
Como explica el prestigioso economista francés, Fréderic Lordon, “resulta evidente que los bancos no tienen ningún escrúpulo, una vez restablecida su salud,
en especular ahora contra los Estados que los salvaron del precipicio, con lo cual hacen subir el costo de los préstamos públicos y agravan así el problema de los déficits que ellos mismos originaron”.
No hace falta ser un visionario para saber que esta dinámica provocará más explosiones sociales, teniendo en cuenta que se quiere continuar en una orientación económica neoliberal - Ver texto