(Sputnik / elcomunista.net) - Como todos los años desde hace dos décadas, los familiares de las víctimas del 11-S se reúnen en el Memorial Plaza del World Trade Center de la ciudad de Nueva York para leer uno a uno los nombres de sus difuntos.
La ceremonia empieza a las ocho de la mañana y el primer momento de silencio se produce a las 8.46, hora del primer impacto, el de la Torre Norte.
Por Francisco Herranz* - Esta vez, al cumplirse el vigésimo aniversario, la atención mediática internacional ha sido mayor de lo habitual.
Muchas televisiones han desplazado a sus equipos hasta la Gran Manzana para recordar sobre el terreno el probablemente mayor atentado terrorista de la Historia.
En efecto, la fecha del 11-S evoca un ataque que dejó 3.000 muertos y miles de afectados y cuyas secuelas se han dejado sentir a nivel global en la seguridad nacional, la política exterior, la vigilancia, los hábitos de viaje, el discurso de los medios de comunicación, los ordenamientos jurídicos y las relaciones humanas en general.
Pero, ¿qué consecuencias ha tenido?
CAZA AL INTEGRISTA ISLÁMICO - El atentado perpetrado el 11 de septiembre de 2001 desató una caza al integrista islámico, una ola de rabia, resentimiento, miedo y desconfianza en Estados Unidos que luego cruzó el Atlántico cuando varios países europeos también sufrieron fuertes embestidas del movimiento yihadista violento.
Ahí están los casos de Madrid (2004), Londres (2005), París (2015) o Bruselas (2016).
La reacción de los periódicos al día siguiente fue exagerada y sensacionalista, empleando titulares muy impactantes en primera página como «¡Apocalipsis!» (Daily Mail) o «¡Es la guerra!» (Daily News).
Esa transformación psicológica occidental reforzó el racismo y la xenofobia, especialmente entre los estadounidenses. El perÍodo de unidad entre estos últimos duró bien poco - Leer màs