(Sputnik / elcomunista.net) - El uso de estas reservas por parte de compañías como Iberdrola, Naturgy y Endesa ha provocado que su capacidad haya descendido a cotas inauditas.
Los vecinos de algunos pueblos se han quejado de los perjuicios para el turismo y la economía.
Marcos Pascasio vio que algo fallaba el 2 de agosto. Ese día se empezaron a quedar sin agua en Belvís de Monroy, la localidad extremeña de la que es alcalde. Tras varias llamadas, se acercó al embalse de Valdecañas, de donde se extrae. Había descendido tanto que la bomba no cargaba.
«Nunca se había llegado a esos niveles. Estaba seco», exclama. Consiguió que los grifos volvieran a funcionar tirando de otro depósito, pero era un parche. El verdadero problema es lo que hay detrás: ese descenso repentino del volumen se debe a la actividad de una planta hidroeléctrica.
Y pone en apuros no solo la sed de los vecinos, sino la economía y el bienestar ecológico.
«Hemos tenido que anular torneos o excursiones. El pantano está inservible», sentencia Pascasio, que culpa a Iberdrola, la compañía que tiene la explotación, de esta «hecatombe».
Para Belvís de Monroy, el embalse no es solo una fuente de energía, es también un atractivo turístico y un centro de actividades lúdicas.
«Somos unos 4.000 habitantes entre los tres municipios del pantano, y queremos denunciar lo que pasó. No nos ofrecen soluciones», arguye el edil a Sputnik, que ha formado un «frente común» con los dirigentes de Almaraz y Saucedilla, las otras localidades afectadas, para protestar contra la empresa y alzar la voz a nivel nacional - Leer màs + fotos