(Sputnik / elcomunista.net) - La ruptura de relaciones con Marruecos, decidida el 24 de agosto por el gobierno argelino, ha creado un nuevo foco de tensión internacional en el norte de África y reabre profundas heridas entre los dos vecinos y enemigos históricos.
Por Luis Rivas* - Lejos quedan lo deseos de unidad de la «Unión del Magreb Árabe», organización creada por cinco países norteafricanos en 1989 (Marruecos, Mauritania, Argelia, Túnez y Libia).
Más lejanos aún, los sueños de integración de los movimientos que participaron en la lucha independentista en Marruecos (Istiqlal), Argelia (FLN) y Túnez (Destur) a finales de los años 50.
La rivalidad entre Marruecos y Argelia ha estado siempre por encima de los deseos de unidad, y no solo por la manoseada y eterna justificación de la «injerencia» externa.
Hablar de tambores de guerra entre los dos países parece, de momento, exagerado. Las acciones bélicas se ciñen, por ahora, a la guerra de la información, o de la propaganda, como se quiera interpretar.
CABILES Y SAHARAUIS - Los
argumentos utilizados por Argel para justificar la ruptura diplomática
son graves. Acusó a Rabat de estar detrás de los incendios de la región
de Tizi Ouzu, en los que murieron más de 80 personas, entre ellos 33
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