Según los reportes de la prensa colombiana, la empresa norteamericana ExxonMobil presentó una propuesta para realizar una segunda prueba piloto de fracking en el Valle Medio del Magdalena.[1]
Es una de las empresas petroleras más grandes del planeta con operaciones en 45 países. El gobierno colombiano parece estar empeñado en entregar el país no sólo al fracking sino a los peores criminales de ese tenebroso mundo.
El presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) alabó a la empresa resaltando que “ExxonMobil… tiene gran experiencia en este tipo de proyectos,”[2] pero no habló de su record ambiental, sino dijo que “la experiencia de empresas como ExxonMobil y Ecopetrol será desplegada en proyectos con los más altos estándares técnicos, un diálogo abierto y participativo con las comunidades y la garantía de protección del medio ambiente.”[3]
Sin embargo, la experiencia de ExxonMobil indica que no sólo es uno de los peores empresas en cuanto a la contaminación sino su experiencia en cuanto al fracking tampoco es nada bueno.
La empresa se volvió muy conocida a nivel mundial por el desastre ambiental del Exxon Valdez, un barco de su propiedad que derramó 41.000 m3 de crudo afectando a 2.100 km de costa de Alaska. Pero su desastrosa historia ambiental no termina allá, sino sigue hasta hoy en día.
Primero se debe señalar que Exxon se opuso a los intentos de hacerles pagar por el daño hecho en Alaska. Cuando ocurrió no salió a reconocer su papel y pagar por el daño hecho sino luchó hasta el final para no pagar o minimizar el pago.