Hace pocos meses, en vísperas de la IX Conferencia sobre Seguridad Internacional que se realizó en Moscú entre el 22 y el 24 de junio, el coronel general Alexander Fomin, viceministro de Defensa de Rusia, declaró en una entrevista para RT que se podía «observar la formación de un nuevo orden mundial».
Para sostener su punto de vista argumentaba que había una tendencia por llevar al mundo a una nueva guerra fría y a una nueva bipolaridad.
El viceministro ruso aseveró que en la actualidad se está produciendo "una destrucción sistemática del sistema establecido de relaciones internacionales [y] de la arquitectura de seguridad», mientras paralelamente disminuye «el papel de las organizaciones internacionales como herramientas para la adopción colectiva de decisiones en el ámbito de la seguridad».
Con preocupación señalaba que estaban apareciendo novedosas armas que alteran de forma radical el equilibrio de poderes en el planeta, llevando el conflicto a un terreno distinto al tradicional, el cual incluye la consideración del espacio y el ciberespacio como escenarios de guerra, lo cual está obligando a cambiar los principios y métodos para su ejecución.
Estas declaraciones, hechas por el segundo jefe de una de las fuerzas armadas más poderosas del planeta deben ser tomadas en cuenta con mucha atención.
Aunque apuntan a un análisis de largo plazo y se produjeron solo unas semanas antes de la hecatombe estadounidense y de la OTAN en Afganistán,
hay que observar que este hecho ha comenzado a generar una serie de tendencias interesantes en torno a la dinámica internacional global que deberían estudiarse en términos de coyuntura sin obviar que también podrían tener influencia desde el punto de vista estratégico.
El "terremoto" en Afganistán ha provocado ondas expansivas que a contrapelo de las tendencias de los últimos años parecieran estar señalando un ambiente más positivo en el planeta - Leer màs