(RT / elcomunista.net) - En plenas tensiones con Australia, los datos aduaneros de China muestran un aumento constante de suministros de carbón procedente de otros países, en particular, Rusia e Indonesia.
En un intento de satisfacer la demanda interna de combustible, China parece estar sustituyendo el carbón australiano con suministros crecientes de Rusia, informa CNBC que cita los datos aduaneros.
China, antes considerada uno de los principales importadores del carbón de Australia, suspendió las importaciones desde el país oceánico en 2020 por el deterioro de las relaciones entre Canberra y Pekín después de que Australia apoyara la investigación global para esclarecer los orígenes del Covid-19.
Si bien el país asiático actualmente busca apostar por el desarrollo de las fuentes «verdes» de energía, en los últimos meses se vio duramente afectado por la crisis energética en medio de la creciente demanda interna.
De acuerdo con los datos actuales, las importaciones de carbón a China crecieron 76% en septiembre en comparación con el período correspondiente del año pasado y se sitúan en 32,9 millones de toneladas.
En plenas tensiones con Australia, los datos aduaneros de China muestran un aumento constante de suministros de carbón procedente de otros países, en particular, Rusia e Indonesia.
El mes pasado, el gigante asiático compró alrededor de 3,7 millones de toneladas del carbón térmico de Rusia, lo que corresponde a un aumento del 28% en comparación con agosto y una subida del 230% respecto a septiembre del año pasado.
Mientras, Indonesia suministró 3 millones de toneladas de carbón térmico a China en septiembre, una cifra que muestra un alza del 19% en comparación con agosto. Comparadas con septiembre de 2020, el pasado mes Pekín importó un 89% más carbón de Indonesia.
A pesar de la suspensión de los suministros a China, uno de los mercados que más depende del carbón, Australia redujo su producción.
El país oceánico sigue apostando por
esta industria —uno de los principales contribuyentes
de la economía— pese al rechazo generalizado por parte de los organismos
internacionales y sus propios activistas climáticos - Ver texto