lunes, 25 de octubre de 2021

Libia - las elecciones abren la puerta a la codicia internacional

(Sputnik / elcomunista.net) - Libia no tiene nada que celebrar en el décimo aniversario del asesinato de Muamar Gadafi y la consiguiente desaparición de su régimen. 

El país ha sufrido diez años de guerra civil y caos tras la operación militar liderada por Francia y Reino Unido, bajo la dirección de la OTAN y avalada por la ONU.

Por Luis Rivas* - Pocos periodistas occidentales han recurrido a los archivos visuales para mostrar las últimas horas de vida del presidente de la «Yamahiriya árabe libia». 

Imágenes de tortura y sufrimiento que en su día sirvieron para certificar la «victoria» sobre Gadafi y que hoy harían enrojecer de vergüenza a los dirigentes internacionales convencidos, entonces, de «llevar la democracia» al país norteafricano.

Libia compone con Irak y Afganistán el tríptico del fracaso occidental en exportar su «modelo de valores» por las armas. 

Las intervenciones militares no solo no han cumplido con su objetivo teórico, sino que han empujado a esos tres países a crisis profundas y duraderas, con decenas de miles de muertos y centenares de miles de desplazados en la factura final.

ELECCIONES Y FIN DE LA PRESENCIA EXTRANJERA - Libia se prepara ahora para celebrar unas elecciones presidenciales el 24 de diciembre, auspiciadas por la ONU, que despiertan muchas dudas en cuanto a su viabilidad tras años de enconado enfrentamiento militar entre rivales regionales, étnicos o tribales, y la participación de mercenarios internacionales respondiendo a los intereses de potencias extranjeras.

El nuevo gobierno interino, dirigido desde febrero por el primer ministro, Abdelhamid Dbeibah, es el encargado de conducir el país a las urnas, tras el periodo de enfrentamiento armado entre los partidarios del antiguo Gobierno de Unidad Nacional de Sayez al-Sarraj y los seguidores del mariscal Jalifa Haftar, que controlan el este del país, la región de Cirenaica.

En la «Conferencia de Estabilización» celebrada el 21 de octubre en la capital, Trípoli, con la presencia de representantes de más de 30 países y organizaciones internacionales, se intentó poner las bases de un proceso de transición en el que se plantea como uno de los objetivos principales el rechazo a toda influencia extranjera.

Durante estos últimos años, diferentes países han apoyado a uno de los rivales en juego, atendiendo a sus propios intereses en una zona estratégica, vital para África y el Mediterráneo, pero, sobre todo, rica en petróleo y gas. 

Las reservas de oro negro se cifran en 48.000 millones de barriles; las de gas, en 50.000 millones de metros cúbicos - Leer màs