martes, 19 de octubre de 2021

disputa - Colón, los indigenas y el progreso humano

x Howard Zinn (lahaine.org) - Prefiero explicar la historia del descubrimiento de América desde el punto de vista de los arawaks, desde la posición de los esclavos, tal como lo verían los cherokees

Primer capítulo de su libro 'A People's History of the United States' (La otra historia de los EEUU, enlace).

Los hombres y las mujeres arawak, desnudos, morenos y presos de la perplejidad, emergieron de sus poblados hacia las playas de la isla y se adentraron en las aguas para ver más de cerca el extraño barco. 

Cuando Colón y sus marineros desembarcaron portando espadas y hablando de forma rara, los nativos arawak corrieron a darles la bienvenida, a llevarles alimentos, agua y obsequios. Después Colón escribió en su diario:

"Nos trajeron loros y bolas de algodón y lanzas y muchas otras cosas más que cambiaron por cuentas y cascabeles de halcón No tuvieron ningún inconveniente en darnos todo lo que poseían.

Eran de fuerte constitución, con cuerpos bien hechos y hermosos rasgos. No llevan armas, ni las conocen Al enseñarles una espada, la cogieron por la hoja y se cortaron al no saber lo que era No tienen hierro Sus lanzas son de caña.

Serían unos criados magníficos. Con cincuenta hombres los subyugaríamos a todos y con ellos haríamos lo que quisiéramos".

Estos arawaks de las Islas Antillas se parecían mucho a los indígenas del continente, que eran extraordinarios (así los calificarían repetidamente los observadores europeos) por su hospitalidad, su entrega a la hora de compartir. 
 
Estos rasgos no estaban precisamente en auge en la Europa renacentista, dominada como estaba por la religión de los Papas, el gobierno de los reyes y la obsesión por el dinero que caracterizaba la civilización occidental y su primer emisario a las Américas, Cristóbal Colón - Leer màs