La arbitraria extradición a EEUU por el gobierno de Cabo Verde del empresario y diplomático venezolano Alex Saab, el 16 de octubre, es en realidad un secuestro, como acusó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Saab fue detenido y encarcelado ilegalmente el 12 de junio de 2020 mientras el avión que lo conducía se reabastecía de gasolina en ruta de Teherán a Caracas.
No existía orden internacional de captura en ese momento, mendaz versión oficial de EEUU. La orden fue emitida por Interpol al día siguiente de la detención y retirada poco después.
De hecho, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, a la que Cabo Verde reconoce jurisdicción, falló en marzo de 2021 que la detención de Saab era ilegal, pues la alerta de Interpol que solicitaba su arresto se emitió al día siguiente de su detención y en junio del mismo año el Consejo de DDHH de la ONU le pidió que se abstuviera de extraditar a Saab a EEUU mientras su caso fuera examinado.
Más aún, por un trascendido se supo que el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas contra las Detenciones Arbitrarias y cuatro relatores especiales del organismo habían advertido al gobierno secuestrador:
la situación creada por las más altas autoridades de Cabo Verde violaría de una manera seria, ilimitada y prolongada los compromisos de Cabo Verde con los más elementales principios de DDHH.
¿Por qué –sobre todo desde Washing-ton y Bogotá– ha existido una gran campaña mediática contra este hombre, campaña que cínica y desvergonzadamente da por hecha su condición de prestanombre de Maduro y de figura clave de una red de corrupción ligada al círculo íntimo del mandatario venezolano? - Leer màs