Pueblos indígenas de la región y organizaciones ambientalistas suecas e internacionales se oponen enérgicamente a un experimento para avanzar la geoingeniería solar, una propuesta tecnológica de alto riesgo.
A gran escala, tapar parte de los rayos del sol con nubes artificiales podría causar sequías y otras alteraciones en los trópicos, poniendo en riesgo las fuentes de agua y alimentación de miles de millones de personas.
Un proyecto de la Universidad de Harvard, financiado por Bill Gates y otros billonarios, pretende usar el territorio del pueblo indígena Saami en Kiruna, Suecia, para realizar un experimento de esta tecnología (enlace).
El 24 de febrero, el Consejo Saami, que reúne a los pueblos saami de Suecia, Noruega, Finlandia y Rusia, manifestó su oposición a dicho proyecto y exigió al gobierno sueco cancelar el experimento (enlace) por falta de consulta previa y consentimiento de sus pueblos.
También porque el experimento es para desarrollar una tecnología muy peligrosa que afectaría a todo el planeta, por lo que señalan que no es papel de un grupo de Harvard o algunos gobiernos decidir sobre ella.
Aunque la geoingeniería todavía aparece para mucha gente como ciencia ficción, el juego geopolítico y las implicaciones del desarrollo de la tecnología son una amenaza muy real y que avanza rápidamente.
En ese camino, la Academia Nacional de Ciencias de EEUU, acaba de mover otra pieza en el escenario global.