(Sputnik / elcomunista.net) - Normalmente, en deportes o en política, para ganar hay que competir. Esto lo celebra Evo Morales en nombre de la izquierda boliviana y lo lamenta la derecha, dispersa en decenas de siglas políticas.
Por Carlos A Quiroga* - En menos de un año y medio, el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales ha ganado por amplio margen tres procesos electorales que lo confirman como el partido más fuerte del país, el más grande de la historia dicen los masistas, tanto en votación global como en presencia territorial.
De estas últimas experiencias, la primera fue la de octubre de 2019, en las que Morales ganó una tercera reelección y terminó anulada tras denuncias de fraude -hasta ahora no probadas– y una posterior crisis política que puso fin a un ciclo de 37 años de democracia, el más prolongado en la inestable vida política de Bolivia.
Un año después, octubre de 2020, Luis Arce ganó la Presidencia para el MAS, a la par de una renovada mayoría parlamentaria, con 55 por ciento de los votos en las elecciones generales que repusieron el orden constitucional tras la transición liderada por la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez.
El 7 de marzo recién pasado, el partido de Morales repitió victoria arrolladora en las elecciones regionales, ampliando su control en los gobiernos municipales y con posibilidades de lograr lo mismo en las gobernaciones departamentales - Leer màs