[RBTH / elcomunista.net] - Hoy suena increíble, pero hace medio siglo, la Unión Soviética aterrizó una sonda en otro planeta. Además, lo hizo en ausencia de prácticamente cualquier información sobre su atmósfera o cualquier otro dato.
En otras palabras, lo hizo casi al azar.
A fines de la década de 1950, el programa espacial soviético estaba experimentando un auge sin precedentes. En ese momento, se llevaron a cabo misiones históricas exitosas prácticamente todos los años: el primer satélite artificial, las primeras criaturas vivientes en el espacio, el primer sobrevuelo de la Luna e imágenes de su lado oscuro.
Después de esos triunfos, parecía que todo era posible. Por eso, cuando se planteó la cuestión de realizar el primer aterrizaje en otro planeta, los científicos e ingenieros soviéticos respondieron con entusiasmo.
Hoy suena utópico. En ese momento, se sabía muy poco sobre otros planetas para llevar a cabo misiones tan difíciles. Sin embargo, en agosto de 1959 se convocó una reunión y el 10 de diciembre se emitió un decreto gubernamental sobre el establecimiento de estaciones para una misión a Venus (y también a Marte).
A finales de 1960, se suponía que esas estaciones, que ni siquiera existían todavía, volarían al espacio.
Misiones en la oscuridad - La primera misión sería a Venus ya que el planeta está más cerca de la Tierra, decidió el equipo. En ese momento, los soviéticos tenían el cohete R-7, una creación de Sergei Korolev, que ya había lanzado satélites artificiales y posteriormente llevaría a la gente al espacio.
Para una misión en el espacio profundo, necesitaba someterse a una mejora importante con una etapa completamente nueva con características únicas. Afortunadamente, el diseño del cohete lo permitió - Leer texto completo + fotos