[Semillas de identidad] - Por Eduardo Cortés Prieto
Maestría en Estudios Interdisciplinarios sobre Desarrollo - Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (Cider)
La agricultura es una de las actividades que dio origen a las civilizaciones humanas y ha estado presente en el camino al escenario contemporáneo.
Parte de esta historia comprende la experimentación, domesticación, siembra, cosecha, intercambio, tranza y consumo de alimentos.
Dichas actividades posibilitan la gestación de relaciones e identidades sociales y territoriales que han tenido como eje articulador lo agroalimentario. Por esta razón, el estudio y análisis de los sistemas agroalimentarios son una forma de aportar al entendimiento de los cambios y transformaciones de las sociedades y ecosistemas en el mundo.
En la actualidad, la pandemia, consecuencia del COVID-19, puede ser leída desde su posible origen como el resultado de un relacionamiento antropocéntrico, extractivo y de atropello hacia las otras formas de vida y sus hábitats (Islas, 2020)
Dentro de estas actividades extractivistas está la agroindustria convencional imperante; este tipo de agricultura se traduce en un modelo agroalimentario depredador que, alentado por la acumulación de capital, deja una huella imborrable en el planeta a la vez que agudiza la crisis socio ecológica actual.