[RBTH / elcomunista.net] - Las dos operadoras de helicópteros tuvieron que luchar por el derecho a ser las primeras.
El 13 de agosto de 1975, dos mujeres soviéticas se subieron a un Mi-24 (llamado ‘Hind’ por la OTAN) con la intención de batir el récord de velocidad en helicóptero de la época.
Antes de llegar a aquel día triunfal, las mujeres tuvieron que superar toda una serie de dificultades.
‘Vuelan como machos’ - Cuando Galina Rastórgueva y Ludmila Poliánskaia aceleraron un helicóptero de 4.500 caballos de potencia hasta alcanzar los 332 km/h, batiendo el anterior récord mundial que había sido establecido por hombres, recibieron elogios oficiales que se formularon en consonancia con el carácter masculino de la sociedad soviética: “Vuelan como machos”.
En retrospectiva, Rastórgueva y Poliánskaia tuvieron que trabajar más duro que los hombres, no sólo para lograr el sueño de su vida, sino para tener siquiera la oportunidad de volar.
Cuando Galina Rastórgueva tenía sólo 8 años, en 1944, su padre, Víctor Rastorguev, piloto de pruebas, la metió de polizón en un avión para que tuviera la oportunidad de volar con él.
A los 17 años, Galina siguió los pasos de su célebre padre (que murió en 1945 durante un vuelo de prueba que salió mal y por el que, en su honor, más tarde se nombró un cráter en la cara oculta de la Luna) y se matriculó en la Escuela de Aviación de Moscú - Leer texto completo