Estamos sobre el final del 2020, con las fiestas y los tradicionales encuentros de despedida del año que termina y con augurios por el que viene. Son ocasiones adecuadas para hacer balances del más diverso enfoque.
En ocasiones se clama por el final de este “nefasto” año en lo socioeconómico para casi todes (una ínfima minoría acumuló inmensos ingresos y riquezas), pero también de expectativas por quienes ampliaron familias, afectos, o multiplicaron relaciones para una sociabilidad más placentera.
Incluso, con cierto optimismo estamos los que coincidimos en la necesidad de formular articulaciones socio políticas para disputar el orden social. No todo está perdido y con Fito decimos que venimos a ofrecer nuestro corazón.
De un lado, la pandemia favoreció reestructuraciones regresivas del orden social, que busca constituirse en nuevas normalidades, que agravan el saqueo y la explotación de la antigua normalidad capitalista.
No cabe duda que el gran tema es el impacto sanitario y económico del COVID19. Golpea de una manera directa, aun cuando la vacuna parece estar a la vuelta de la esquina. Pero en el capitalismo y en su tendencia a la mercantilización creciente, las vacunas se ofertan en el mercado - Leer texto completo